lunes, 10 de agosto de 2009

Todo por la piedra

Narraría los emocionantes días de ésta pasada semana en los que he vuelto a cambiar de familia, a casa de la Jefa, hemos visto cómo un padre manipulador es capaz de arruinar el verano de su hijo sólo por marcarse un tanto frente a su ex, y he descubierto nuevos usos para la harina. Pero no creo que sean lo más relevante.

Si bien es cierto que estoy desarrollando a partes iguales la capa de grasa (física, porque los pantalones empiezan a estar apretaditos), la psicólogica (en la que todo me resbala) y además un cierto toque de humor aussie (no tienen pelos en la lengua ni la más mínima vergüenza, es perfecto para mí). Gracias a ésta última semana todo se ha incrementado un poco más.

En uno de los mails de mis estimados padres, que empiezan a ser peor que los de los propios participantes en cuanto a preocupación por saber de la niña, mi señora madre reiteraba su preocupación por si la niña comía bien. Creo que mi señora madre dejó de contar mi edad a la vez que dejó de decir la suya, por lo que calculo que debo de tener unos 12 años, y por tanto soy una horrible invitada a comer en cualquier sitio.

La verdad es que me esperaba que este país sería ese complemento con lo peor de cada casa, por los exconvictos y tal... Comida basura desde USA, ineptitud culinaria: UK y muchas especias con perro desde Asia. Pero he de decir que me he sorprendido gratamente; ya que hasta en Falcon Crest, cuna de la comida precocinada, no van tan mal las cosas y tienen bolsitas de mix de verduras para hacer "al vapor del microondas" y que, ¿quién lo diría? Saben a verdura.

Además de mi ración de siempre de cosas con apariencia de carne, pero que en el fondo son soja o tofu, que aquí, desgradaciadamente, están en la misma (si no inferior) variedad que en España; pero, eso sí, al menos hay en todos los supermercados.

Y, por supuesto, esa ingente cantidad de cosas azucaradas, chocolatadas, galletosas, bizcochosas, callejosos, sodas de sabores varios, donuts de cualquier tipo, color y sabor. Y ellos, cómo os echaba de menos, Froot Loops, no son Oreo's, pero casi. Parecen comida de perro, huelen a alpiste, y después de comerlos los niveles de glucosa podrían llegar a España. Pero qué buenos están, me podría pasar como a Martes 13, por mi adicción a los Froot Loops podría perderlo todo; ya estoy en plena cura de desintoxicación. Ahora tendré que hacer lo mismo con el resto de guarradas locales.

Lo que me "fascina" es que en todas las casas hay barbacoas de gas, ayer me explicaron que es porque en Navidades lo típico son las barbacoas. Bueno, en Navidades, y en el resto del año, que en lo que llevo aquí voy casi a Barbie por semana.

Y yo que pensaba que la Barbie era una muñeca, ¡qué incorrección!

Báscula la cierra y puerta la coge, que parezco un Mammut

2 comentarios:

  1. Ya sera menos, petarda! Y si has cogido algun kilillo, cuando llegues ya lo perderas, coño!

    Eso si, deja de zampar mierdas, coño!

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  2. +1
    O sal a correr por las mañanas como hacias aqui...

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