Azul, rojo o negro. No hay color, no hay llama. No hay amor. Se acaba o empieza, es miedo o es pasión.
Soñaba con no pensar. Duermes junto a mí. Es un libro roto, un juguete que muere al fin.
El viento sopla en calma, la tempestad que susurra. Murmulla. Palabras de soledad. Caricias perdidas bajo las luces del semáforo. Ascuas de fuego. El parque. El cielo.
Te siento. Ya no estás aquí.
No vuelvas, te echo de menos. Eres mi pesadilla. Por fin puedo dormir.
Tus fotos me sonríen. Tus recuerdos se burlan de mí. Abrazo tu camiseta. Es un lazo que me ahoga, se tensa, se ha despegado de mi corazón. Sufre por ti.
Ya no recuerdo tu olor. Ni el sonido de tu voz. Pero veo tus ojos cada vez que miro al horizonte indefensa ante ti.
Me persigues. Me acurruco junto a ti.
No encuentro el sentido. Ya no hay eco en mi voz cuando pronuncio tu nombre. Mi almhoada está triste. Vacía.
Eres un surco en la sábana. Un reflejo. Un guiño. La soledad. Un río. Una montaña.
Ya no te puedo encontrar.
Pensare que es por el combinado Jack Daniel's con Coca Cola. Beberlo desde el desayuno tiene que crear estas cositas a las mil de la noche.
ResponderEliminarEso cuando no deja cirrosis, claro...
no estas perdida, pero no sé dónde estás.
ResponderEliminarNo debes buscar las respuestas a las preguntas que te atormentan, tu eres la respuesta.
ResponderEliminarEscribes como un alma derrotada, ¿qué ocurre en tu vida para que te des por perdida?
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