miércoles, 1 de marzo de 2017

Hoy comemos Ratatouille

Que no cunda el pánico, no voy a ponerme a publicar mis grandes recetas demasiado creativas, que a veces se quedan un poco secas. Para torturas se me ocurren cosas mucho más originales. Lo que sí voy a hacer es un pisto, o mezclar lechugas con tachuelas, que parece que está muy de moda.
Y es que traigo dos temas de rabiosa actualidad, no tengo intención de aumentar la infrecuencia de mis entradas (un saludo a mi lectora más fiel, yo también te echo de menos, morena mía) que me casan bastante bien en el popurrí con mi reunión de anoche.

El primer tema, por supuesto, es el autobús que se ha quedado varado en Madrid de Hazteoir.org, les invitaría a hacer una reflexión. Más allá de la biología, de la fisiología, de la psiquiatría y de la psicología. Lo mismo, dentro de todos los parroquianos a los que pretenden no acudir tienen a gran parte de su futuro. Es decir, algún que otro lo-que-sea-sexual conozco bastante más papista que el Papa. Y yo me pregunto si no es de eso de lo que va todo esto. Que tal vez soy demasiado Aristotélica, y me quedo solo con eso de hacer el bien, pero no se supone que la base de la religión (gracias Griego mío, bribón) consiste en ser buenos con nuestros semejantes. No sé, supongo que como estoy un poco más p'allá que p'acá, pensaba que sin importar credo, uno ha de tener ciertos valores. Luego ya, podemos llamar al continente como más nos guste, pero es que lo mismo (y me repito mucho, lo sé), esa gente a la que pretenden ordenar cómo vivir sus vidas, son personas que desean tener familias, y que tienen sus mismos valores. Educar en el amor, en hacer el bien, ya en la fe no me meto, valores que seguro tienen en común con su fe; y que no son los de la Bolsa. Incluso, apedreadme, tal vez algunos de los damnificados pueden ser bellísimas personas, cosa que otros de los que los critican, no.
En fin, en MI opinión, más allá del físico, y del cerebro, creo que todo esto está en algo más profundo, llamémoslo alma, si gusta más; lamentablemente no tengo datos irrefutables para dotar al alma de género, o de cuestiones tan baladíes. Y que todo este caos no es más que una cuestión de respeto y de entendimiento. Tanta culpa tienen unos, como otros.

Con la que concatenamos nuestro segundo ingrediente del día de hoy. Amigos, hermanos, queridos Canarios, ¿me puede alguien explicar qué se le pasa a uno por la cabeza para disfrazarse de Drag Crucificado? Volvemos al punto anterior, ¿no creéis que haciendo estas cosas JUSTO conseguís lo contrario? Es decir, me parece muy loable que se luche por reconocer Derechos Fundamentales, siempre que estén fundamentados, lo que pasa es que para lograr esos derechos, no debemos pisar los de los demás. Cuestión de respeto, de no confundir libertad con libertinaje. Que está muy bien quejarse de qué mal te tratan, sin embargo, se pierde toda la razón cuando nos pasamos a la falta de respeto. No comprendo mucho eso de: "si yo te insulto es libertad de expresión, pero si tú me dices algo, es opresión". Me suena un poquito incoherente, así como un poquito... Cómo lo diría: tirano. Sí, eso es, no me vale la excusa de la represión histórica, deberíamos leer más de humanidades antes de llenarnos la boca con estas cosas. Porque esa represión por los siglos de los siglos, no siempre ha sido tal, y la Iglesia no siempre tiene la culpa de todo, pero es verdad que es más fácil echar la culpa al de al lado cuando queremos pedir algo.
También me llama mucho la atención en esta época de los "disfraces del todo vale": el gran número de hombres que se visten de mujeres o cuántos críticos con la Iglesia que se visten de curas. Con lo bonitas que son las máscaras venecianas. Me sacáis del uniforme y me pierdo, tanta libertad me abruma.

En fin, llegados a este punto, solo me queda la salsa. Me queda claro que de una manera o de otra, somos una panda de bandoleros. En taitantos siglos no hemos aprendido nada, y hemos aprehendido a demasiada gente para poder hacer lo que nos ha venido en gana mientras se nos llenaba la boca con supuestos derechos que no hemos tenido inconveniente en vilipendiar. Ayer en mi querida reunión de trabajo (gracias Gran Jefe, ya te dedicaré alguna entrada de aquí a que sepa si me voy), vi que no tienen tanta diferencia con los casos arriba expuestos. Un grupo de caciques, donde solo 3 tenían una mínima formación, solo una mujer (servidora); y demasiadas vueltas a lo mismo sin llegar a una conclusión: "una huelga total, para que nos den más dinero"; ahora, si el dinero lo utilizamos para lo que debemos (que es lo que les vamos a vender a los que les vamos a fastidiar con la huelga), o vamos a seguir trapicheando (muy probable en la mayoría de los casos que se vieron ayer), mejor no lo compartimos. Es decir, otra vez, vamos a pisotear derechos de los demás, pero los nuestros que no nos los toquen. Que somos, por lo visto, lo más importante. 

¡Vivan nuestros ombligos!

En fin, que me voy a poner I want to break free y a limpiar un poco el zulo.


Si cierras la puerta, ten cuidado, tiene truco.