martes, 14 de julio de 2009

Piece of Cake (I)

Eso es justo lo que no ha sido todo esto hasta ahora...


Pero si hay algo que me gusta y a lo que le voy cogiendo el truquillo es a procurar mirar las cosas desde una distancia prudencial.

Claro, que, lo primero de todo debería ser decir: "¡Ya estoy en Australia!" Sí, en estos momentos estoy en la primera de las ¿tres? familias que serán mi casa este invierno (o verano por ahí arriba).

Por supuesto, y para que no perdiera ni la costumbre ni el placer, llegar hasta aquí ha sido todo un cúmulo de experiencias, de esas que luego les cuentas a los nietos mil veces (o a los amigos en mi caso, en cuanto que vuelves a casa). Así que he decidido darle una función más al blog, y es la de recuerdo de cara a l informe final que tendré que redactar cuando vuelva a casa...

El tema, después de mi última noche de no-descanso en mi hotel de confianza, vinieron los afortunados participantes de la Experiencia. La introducción, tan entretenida como siempre a cargo de mi alter ego: teniente o'neill (aunque ya no esté pelona...), la comida y por fin se puso todo en marcha...

Por supuesto un viaje conmigo, no es tal si no lleva asociado problemas aeroportuarios. Decir, que me quedé gratamente sorprendida de la gente. Que todo no siempre es tan feo como sale en las noticias, que la estulticia humana tiene sus límites y que seguro que podría haber sido peor.

Pasamos a la primera parte de "Aeropuertos: mi vida entre la cinta transportadora y el finger".

No todo iba a ser tan bonito como ir de la T4 a la Satélite y buen viaje, no... Al rato de estar esperando paciéntemente nuestro vuelo me llegó la primera llamada de la tarde: "vuestro vuelo se retrasa, llegaréis muy pegados a Londres para la conexión, ya te llamarán de BA para darte información". Genial, jefa, gracias! Por supuesto, a los niños, de momento, nada... Que no queremos 31 padres pidiendo datos... Salvo porque en los monitores empezó a aparecer el Delayed, primero dos horas, luego cuatro... Genial! Obviamente los niños ya sabían perfectamente que esa noche pintarían bastos...

Tras varias rondas de llamadas con la jefa y con un amable chico de BA, nos recolocan en un vuelo de Iberia (viva la OneWorld), porque mi misión era que costase lo que costase, y aún perdiendo la conexión, habría que embarcar a Londres sí o sí, en Madrid no se quedaba nadie, o llegaríamos a Sydney para septiembre más o menos... No sería todo tan fácil como recolocarnos en el primer vuelo a Londres (puesto que todos los vuelos estaban retrasados éramos unos cuantos en tierra con pooooker face), y además había que conseguir que nos "desbloquearan" en un sistema de reservas y nos pudieran meter en el otro, junto con los códigos de los equipajes. Casi dos horas, 6 ordenadores, un montón de llamadas y unas señoras muy majas, subíamos al avión.

Así que como dos horas y media después de la hora prevista de despegue, fuimos rumbo a Londres bajo la atenta mirada (atenta y desprendiendo odio a tutiplén...) de todos los pasajeros del vuelo de Iberia que llevaban esperando 45 minutos sin saber bien por qué... Menos mal que los azafatos también necesitan divertirse y tuvimos a un muy agradable azofaifo que nos hizo el viaje mucho más ameno a todos.

Gracias a todo el personal de Barajas, BA, Iberia, Medas y demás, que nos soportaron a los 32, más el resto de pasajeros de nuestro vuelo original. Que en todo momento fueron de gran ayuda, y con dosis de paciencia incluso superiores a las mías... ¿Sería que 31 personas y sus reclamaciones son más que la feliz pareja que se va de fin de semana, será el café de Juan Valdez, o las maquinillas de afeitar que dejan los cocos como el culito de un bebé? Sea lo que fuere, funcionó.

Comentar que nuestra llegada a Londres-Heathrow estaba prevista para las 19:35 hora local y llegamos más bien como a media noche... Pero ese capítulo, para más adelante...

En fin, apaga la puerta y cierra la luz, que no tengo calefacción y espero que blogger me quiera publicar las próximas entradas programadas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario