Corro hacia el fuego, hacia la luz. Hacia ti. Pero es demasiado tarde. Duele. Quema. Hace frío. Son las cuerdas rotas de un piano que hace tiempo cantó su última canción.
Es la misma calle, una y otra vez, camino sin rumbo. Donde me lleve el sentimiento. Miro tu ventana, pero ya no estás allí. He perdido la cuenta de los días desde la última vez que vi tu cara. Un millón de vidas han pasado por mí y ya nada es igual. Me siento paciente a que regreses a mí.
Si tú no estás no siento nada. Y todo me da igual.
No hay mal que cien días dure. Pero si no estás un minuto es la eternidad.
Lo eterno de un instante, de un grano de arena congelado que arde en el infierno del pasado.
Que busca tu último beso desesperado.
sábado, 25 de julio de 2009
Pentimientos (III)
Esto trata de:
Divad Chynl,
Pentimientos
martes, 21 de julio de 2009
Pentimientos (II)
No sé dónde estás.
Tal vez realmente no sé quién eres. Si estás aquí, o allí. Eres solo un espejismo en mi cabeza.
Hace frío esta noche.
Cógeme de la mano, llévame contigo a ese lugar entre el sueño y la vigilia, donde Campanilla espera a Peter Pan cada noche; donde el tiempo se detiene. Donde podremos volver a jugar bajo las estrellas.
No sé dónde estás. Pero estoy contigo. Sí, siempre estoy contigo.
Abrázame esta noche, será la última vez. Déjame verte una vez más.
Intento agarrarte con fuerza, pero te deslizas por mis manos, te pierdes una vez más en la jungla. En el abismo.
Me caigo. Me pierdo. Te pierdo.
Silencio.
Tal vez realmente no sé quién eres. Si estás aquí, o allí. Eres solo un espejismo en mi cabeza.
Hace frío esta noche.
Cógeme de la mano, llévame contigo a ese lugar entre el sueño y la vigilia, donde Campanilla espera a Peter Pan cada noche; donde el tiempo se detiene. Donde podremos volver a jugar bajo las estrellas.
No sé dónde estás. Pero estoy contigo. Sí, siempre estoy contigo.
Abrázame esta noche, será la última vez. Déjame verte una vez más.
Intento agarrarte con fuerza, pero te deslizas por mis manos, te pierdes una vez más en la jungla. En el abismo.
Me caigo. Me pierdo. Te pierdo.
Silencio.
sábado, 18 de julio de 2009
Es oficial
Sí, lo es... Les voy a echar de menos...
Ya llevo una semana por aquí, con mi primera familia desde el lunes... Por lo que sé, estoy aquí como favor personal. Pero me han tratado como nunca, ¿cómo una hija? No lo sé, pero si es así, definitivamente, ¡que me adpoten! (con perdón de mis señores padres...)
Comprensivos hasta decir basta y más allá, sé que están pasando por dificultades económicas y aún así solo me dejaron pagar ayer unas coca colas en un bar, el resto no me han dejado pagar NADA. Me han traído Coca Cola Light de Vainilla, kiwis amarillos, tim tams, de todo...
Me han llevado con ellos al rodaje de la peli en la que están, hoy querían llevarme a otra playa, pero por circunstancias de mi querido trabajo no ha podido ser, llevo medio día colgada del móvil pendiente de una familia aquí y con un oído en España para ver qué pasa finalmente... Pues solo me han tratado con todo el cariño del mundo y millones de sonrisas, y aquí estoy, con las fichas de los niños haciendo el trabajo, con una copa y unos cacahuetes garrapiñados, cada dos por tres están viniendo a dejarme algo en la mesa, preguntando qué quiero... ¿No son adorables?
Os dejo un par de fotos de las vistas de la playa del pueblo en el que estoy, realmente el cielo aquí abajo (Barry, no, no os habéis muerto, pero si miras un globo terráqueo esto está abajo y España está arriba, no me seas tan tiquismiquis!) parece mucho más grande cuando miras al horizonte.Aún me queda rehacer la maleta, la mochila y demás... Y mañana a las 10, la "Reunión de Orientación" para niños y familias anfitrionas. Donde, entre otras cosas, disfrutaremos viendo cómo Europa entera cabe dentro de Australia, cómo los locales se parten los huesos jugando a Aussie Rules, y nos pondremos morados a Tim Tams. Y de ahí, a mi segunda familia, o casi, porque por lo visto puede que pase la noche donde una de mis niñas y al día siguiente me vaya ya a la otra casa, durante ¿una semana? No lo sé bien... Pero si es como esta familia, bienvenida sea.
Apaga la cierra y puerta la luz que estoy como en casa.
It's got to be you, I got you under my skin, wherever you are, I'm here with you.
Ya llevo una semana por aquí, con mi primera familia desde el lunes... Por lo que sé, estoy aquí como favor personal. Pero me han tratado como nunca, ¿cómo una hija? No lo sé, pero si es así, definitivamente, ¡que me adpoten! (con perdón de mis señores padres...)
Comprensivos hasta decir basta y más allá, sé que están pasando por dificultades económicas y aún así solo me dejaron pagar ayer unas coca colas en un bar, el resto no me han dejado pagar NADA. Me han traído Coca Cola Light de Vainilla, kiwis amarillos, tim tams, de todo...
Me han llevado con ellos al rodaje de la peli en la que están, hoy querían llevarme a otra playa, pero por circunstancias de mi querido trabajo no ha podido ser, llevo medio día colgada del móvil pendiente de una familia aquí y con un oído en España para ver qué pasa finalmente... Pues solo me han tratado con todo el cariño del mundo y millones de sonrisas, y aquí estoy, con las fichas de los niños haciendo el trabajo, con una copa y unos cacahuetes garrapiñados, cada dos por tres están viniendo a dejarme algo en la mesa, preguntando qué quiero... ¿No son adorables?
Os dejo un par de fotos de las vistas de la playa del pueblo en el que estoy, realmente el cielo aquí abajo (Barry, no, no os habéis muerto, pero si miras un globo terráqueo esto está abajo y España está arriba, no me seas tan tiquismiquis!) parece mucho más grande cuando miras al horizonte.Aún me queda rehacer la maleta, la mochila y demás... Y mañana a las 10, la "Reunión de Orientación" para niños y familias anfitrionas. Donde, entre otras cosas, disfrutaremos viendo cómo Europa entera cabe dentro de Australia, cómo los locales se parten los huesos jugando a Aussie Rules, y nos pondremos morados a Tim Tams. Y de ahí, a mi segunda familia, o casi, porque por lo visto puede que pase la noche donde una de mis niñas y al día siguiente me vaya ya a la otra casa, durante ¿una semana? No lo sé bien... Pero si es como esta familia, bienvenida sea.
Apaga la cierra y puerta la luz que estoy como en casa.
It's got to be you, I got you under my skin, wherever you are, I'm here with you.
viernes, 17 de julio de 2009
Qué bonito es el amor
Más que nunca en pleno invierno...
Realmente no decía así la canción, pero cierto es que cualquier época es buena para enamorarse, y dejarse caer en las mullidas redes de Cupido...
No, no he encontrado el canguro de mi vida, ni me he dado un giro de 180º. Pero uno de mis niños está por la labor de comprar un billete de avión por cada excursión sólo por ver a su tierna amada. Precioso. Tierno. Son mis nuevos Amantes de Teruel, que ya les bauticé así en Singapore.
Pero lo que os quería contar no era solo esto, si no más bien un pequeño batiburrillo (o como se escriba, que seguro que Jurrus & Barry lo averiguan en un momento y ya será corregido), de las aventuras de una Grilla en Australia.
Ayer fui a ver Harry Potter, podría hacer mi crítica, pero me dormí. Y aún así, no soy muy buena para esos menesteres. Lo que quería compartir es otra curiosidad.
La cena. Un tailandés, un horrible servicio; éramos 16 en dos mesas, una estaba servida y en la otra estábamos pidiendo las bebidas. Pero no pasó nada, porque como la comida era maravillosa, rigurosamente cierto, se perdonó el hecho del servicio pésimo. Lo sabes. Lo asumes. Vuelves por lo bien que cocinan. Esperas paciéntemente con tus amigos.
Una londinense, un dublinés, uno de ¿Bristol? y una española, todos reunidos en Australia con la familia de un local, en una cena familiar (la londinense era la novia del chico local). Todos en amor y compañía. Disfrutando del momento.
Luego: cine. Harry Potter, la película era lo de menos. El chico local sale en los créditos porque su empresa trabajó en los efectos especiales de dos escenas. Tampoco era lo importante. Estábamos todos juntos para recaudar fondos para un director de cine novel. Lo del chico y los créditos, y la película, solo fue la excusa para echarse unas risas y disfrutar un poco más de estar todos juntos.
Qué bonito y amoroso es todo, ¿verdad?
Filosofías de vida.
Y vuelve a haber cambio en mis planes de itinerancia "mochilera", gracias a que he llamado para saber cómo era el cambio de familia de una de mis niñas. Me ha dicho una Host (anfitriona) Mother, que iré primero a su casa, porque quieren hacer una excursión por el río en una "casa flotante" y que me cambiaban los planes para que pudiera irme con ellos y disfrutase también de ello, en lugar de irme primero al campo. No sé en qué quedará, pero les agradezco el detalle.
Y ahora, me voy a dar un paseo por la playa con mi familia.
Apaga la persiana y deja el frigorífico con el grill.
Realmente no decía así la canción, pero cierto es que cualquier época es buena para enamorarse, y dejarse caer en las mullidas redes de Cupido...
No, no he encontrado el canguro de mi vida, ni me he dado un giro de 180º. Pero uno de mis niños está por la labor de comprar un billete de avión por cada excursión sólo por ver a su tierna amada. Precioso. Tierno. Son mis nuevos Amantes de Teruel, que ya les bauticé así en Singapore.
Pero lo que os quería contar no era solo esto, si no más bien un pequeño batiburrillo (o como se escriba, que seguro que Jurrus & Barry lo averiguan en un momento y ya será corregido), de las aventuras de una Grilla en Australia.
Ayer fui a ver Harry Potter, podría hacer mi crítica, pero me dormí. Y aún así, no soy muy buena para esos menesteres. Lo que quería compartir es otra curiosidad.
La cena. Un tailandés, un horrible servicio; éramos 16 en dos mesas, una estaba servida y en la otra estábamos pidiendo las bebidas. Pero no pasó nada, porque como la comida era maravillosa, rigurosamente cierto, se perdonó el hecho del servicio pésimo. Lo sabes. Lo asumes. Vuelves por lo bien que cocinan. Esperas paciéntemente con tus amigos.
Una londinense, un dublinés, uno de ¿Bristol? y una española, todos reunidos en Australia con la familia de un local, en una cena familiar (la londinense era la novia del chico local). Todos en amor y compañía. Disfrutando del momento.
Luego: cine. Harry Potter, la película era lo de menos. El chico local sale en los créditos porque su empresa trabajó en los efectos especiales de dos escenas. Tampoco era lo importante. Estábamos todos juntos para recaudar fondos para un director de cine novel. Lo del chico y los créditos, y la película, solo fue la excusa para echarse unas risas y disfrutar un poco más de estar todos juntos.
Qué bonito y amoroso es todo, ¿verdad?
Filosofías de vida.
Y vuelve a haber cambio en mis planes de itinerancia "mochilera", gracias a que he llamado para saber cómo era el cambio de familia de una de mis niñas. Me ha dicho una Host (anfitriona) Mother, que iré primero a su casa, porque quieren hacer una excursión por el río en una "casa flotante" y que me cambiaban los planes para que pudiera irme con ellos y disfrutase también de ello, en lugar de irme primero al campo. No sé en qué quedará, pero les agradezco el detalle.
Y ahora, me voy a dar un paseo por la playa con mi familia.
Apaga la persiana y deja el frigorífico con el grill.
Esto trata de:
Australia,
Buena Gente,
Familia,
Filosofías de Vida
jueves, 16 de julio de 2009
Itinerante
Por fin tengo mi "calendario" de vida Australiana.
Bueno, más bien diré "tengo", porque aquí nada es seguro hasta que no pasa. Pero, la teoría es:
Cuatro familias. Ni una, ni dos, ni tres, ni cuatro, si no cuatro...
La primera es en la que estoy ahora mismo. Un lujo, una pareja "arrejuntada", actores y profesores de interpretación. Con hijos ambos de sus respectivas parejas anteriores, pero que no están en casa. Cariñosos, atentos hasta lo insospechado, perfectos. Qué buenos postres hace el señor Inglés de la casa... Ya puedo ir moviendo el esqueleto o en vez de en avión volveré rodando.
La verdad, ojalá hubiera tenido familias así en los años anteriores. Mi querida mami hubiera tenido que aprender idiomas, porque entonces seguro que no hubiera pisado casa (y seguro que si lee esto dirá que tengo un morro que me lo piso, porque anda que no he viajado...) Pues con familias así, madre mía, para tener una familia en cada puerto.
La siguiente, ojo al nombre del pueblo, estará en BURRA. Sí, sí, Burra (South Australia), para fans de Google Maps... No sé si con o sin hijos, pero serán unos cuatro o cinco días.
De aquí a Waikerie, aunque con medio pie en Orroroo. Más o menos otros 5 días.
Los nombres son geniales.
De nuevo a Adelaida, creo que como casi un mes o así. En una familia con 3 hijos en casa, un chalecito de dos pisos y muy divertidos, o eso me han dicho.
Y por último donde mi querida coordinadora cuando se vaya el chico Noruego que está de visita...
Menos mal que la maleta solo pesaba 25 kilos..........
Y creo que salvo adevertencia expresa las cosas no viajarán en caja por mar, si no en una cómoda bolsa de deporte conmigo en el avión. Dejaré pesos por aquí, como lo del neceser, que supongo se gastará, los naúticos (que ya casi hablan) y las zapatillas de correr, porque espero que para finales de septiembre ya estén bien gastaditas; y aún haya rebajas en Spain para pillarme unas nuevas para el nuevo curso...
Por supuesto, esta noche, a ver Harry Potter. Por fin. Previo paso por un restaurante Thai, con otras 12 personas más que no conozco de nada, actores y demás amigos del gremio. No sé qué ponerme...
Bonito día, por fin sale el sol.
Bueno, más bien diré "tengo", porque aquí nada es seguro hasta que no pasa. Pero, la teoría es:
Cuatro familias. Ni una, ni dos, ni tres, ni cuatro, si no cuatro...
La primera es en la que estoy ahora mismo. Un lujo, una pareja "arrejuntada", actores y profesores de interpretación. Con hijos ambos de sus respectivas parejas anteriores, pero que no están en casa. Cariñosos, atentos hasta lo insospechado, perfectos. Qué buenos postres hace el señor Inglés de la casa... Ya puedo ir moviendo el esqueleto o en vez de en avión volveré rodando.
La verdad, ojalá hubiera tenido familias así en los años anteriores. Mi querida mami hubiera tenido que aprender idiomas, porque entonces seguro que no hubiera pisado casa (y seguro que si lee esto dirá que tengo un morro que me lo piso, porque anda que no he viajado...) Pues con familias así, madre mía, para tener una familia en cada puerto.
La siguiente, ojo al nombre del pueblo, estará en BURRA. Sí, sí, Burra (South Australia), para fans de Google Maps... No sé si con o sin hijos, pero serán unos cuatro o cinco días.
De aquí a Waikerie, aunque con medio pie en Orroroo. Más o menos otros 5 días.
Los nombres son geniales.
De nuevo a Adelaida, creo que como casi un mes o así. En una familia con 3 hijos en casa, un chalecito de dos pisos y muy divertidos, o eso me han dicho.
Y por último donde mi querida coordinadora cuando se vaya el chico Noruego que está de visita...
Menos mal que la maleta solo pesaba 25 kilos..........
Y creo que salvo adevertencia expresa las cosas no viajarán en caja por mar, si no en una cómoda bolsa de deporte conmigo en el avión. Dejaré pesos por aquí, como lo del neceser, que supongo se gastará, los naúticos (que ya casi hablan) y las zapatillas de correr, porque espero que para finales de septiembre ya estén bien gastaditas; y aún haya rebajas en Spain para pillarme unas nuevas para el nuevo curso...
Por supuesto, esta noche, a ver Harry Potter. Por fin. Previo paso por un restaurante Thai, con otras 12 personas más que no conozco de nada, actores y demás amigos del gremio. No sé qué ponerme...
Bonito día, por fin sale el sol.
miércoles, 15 de julio de 2009
Esto tenía un nombre...
Estaba servidora en la cola del super ayer al mediodía, comprando un par de cosillas de poca monta, pero en Visa debían estar echando un mantecado y tardó eones en pasar. Una vez, dos, siento la demora, tres, cuatro, mirada incómoda al techo, cinco, lo siento no llevo suelto, seis...
El amable ciudadano que estaba detrás me dio 10$ y me dijo que ya le devolvería el favor alguna vez. Que no se iba a estar allí hasta la semana siguiente cuando Visa decidiera responder.
Creo que se llama generosidad.
El amable ciudadano que estaba detrás me dio 10$ y me dijo que ya le devolvería el favor alguna vez. Que no se iba a estar allí hasta la semana siguiente cuando Visa decidiera responder.
Creo que se llama generosidad.
Esto trata de:
Australia,
Buena Gente
Piece of Cake (II)
Claro que si Barajas era divertido, el resto no iban a ser menos...
Tras las primeras "emociones" de nuestro querido viaje, que se suponían terminadas una vez embarcados rumbo a Londres (supuestamente el avión de Qantas destino Sydney aguantaría un poco por nosotros) todo cambió una vez aterrizados en la Pérfida Albión.
Un sms de mi querida jefa sentenciaba nuestros destinos, al menos, 24 horas más: "dormíamos en Inglaterra". Así que un simpático personal de BA nos estaba esperando en el finger casi con el cartelito en la mano, y allí que nos fuimos escoltados por varios chalecos amarillos a recoger nuestras maletas.
Una vez abajo en la recogida de quipajes conocimos a la mujer con el caniche en el pelo. Que era lo que todos hubiéramos esperado de estas situaciones. Alguien con pocas ganas de colaborar, mucho sueño y una cara capaz de asustar al topo mayor del reino. Cualquier petición fue denegada en el instante, solo se nos facilitó un hotel, el traslado en el bus y la vuelta en el mismo sistema al día siguiente. Nadie ha mencionado aún que era media noche, y nuestro vuelo era a media tarde del día siguiente.
Claro que todo esto no podría quedarse así, no, ¿qué más pequeños incidentes aderezan y endulzan estos ricos momentos en los aeropuertos?
La pérdida del equipaje. Las reclamaciones interminables por maletas desaparecidas, dañadas, deterioradas... Sí, eso también. Uno de los pobres niños, además se llevó de regalo el viajar sin sobre peso (que por suerte en Barajas muchos de nosotros fuimos tocados por la mano de Maradona y nos hicieron la vista gorda, otros, pobres tuvieron que repartir sus equipajes entre el resto del grupo).
Genial! Estamos en Londres. Tengo a 31 adolescentes hormonados y emocionados. Me encanta que los flanes salgan bien...
Bueno, pues a cenar y a explicar por activa, pasiva, supina y gritina, que de ir a la City nanai, que al día siguiente tampoco se moverían de la zona y que ellos solo eran 31 y el hotel alojaba a más gente. Así que a ver qué tal la noche.
Sin demasiadas incidencias y con los primeros cotilleos de la mañana nos fuimos a jugar unos bolos al lado del hotel, bendita sea la bolera! Recoger, comer, y a esperar el traslado al aeropuerto de nuevo. "No os preocupéis, hay buses cada 15 minutos a las terminales."
10 minutos, 30 minutos. Una hora... Terminal 5. Terminales 1, 2 y 3. Y ahí seguíamos nosotros, como 32 Paco Martínez Soria mirando la carretera y los buses pasar, pero ninguno que pusiera Terminal 4. Unos nos decían que ya vendría, otros que había que ir a otro sitio a por el bus, hasta que un amable conductor nos dijo que subiéramos todos, y nos explicó que para ir a la T4 teníamos que coger el "metro" en otra terminal, que ya nos dejaba él y nos decía. Así que tras la partida de Tetris con las maletas y los niños nos fuimos a la T2 en un bus sin parar (porque ya no cabía ni un alfiler). Y de ahí hacia abajo para coger el metro para volver a facturar.
Bienvenidos a Londres y su extrema organización. No iban a pasarnos ni un gramo de exceso, así que ahí estabámos todos como el muñeco de Michelín, unos disfrutando del amable carácter inglés y otros de sus "queridos chubascos". Pero, por fin, de nuevo facturados y pasados el control de pasaportes.
Bueno, pues tiempo de relax, de café en el Starbucks... Ya había acabado la odisea, ¿verdad? Pues NO!
Aún había tiempo de diversión, y una de las niñas había perdido en la terminal el pasaporte y la cartera con un porrón de dólares australianos. A tan solo 25 minutos de embarcar...
Carreras por aquí, por allí, te convertí! Ya no sabía una dónde más buscar ni qué hacer. No estaba en ningún control y no había comisaría dentro para denunciar y hablar con el consulador para conseguir un pasaporte temporal. Perfecto. Bueno, que se vayan los 30 solos, que habrá gente esperándolos y ya me quedo yo con la niña para solucionarlo.
Brillantemente en la puerta de embarque alguien dijo "que todo el mundo compruebe que no lo tiene por error". Y allí estaba, en otra mochila! Matar o morir. Qué gran dilema.
Así que de Londres a Singapur (al perder la conexión también perdimos nuestro querido vuelo directo a Sydney). Y en el avión alguien decía, que conocía a un amigo de un primo de un hermano del vecino, que había ido a Singapur, que el aeropuerto era muy sucio y muy peligroso.
¡JA! Me río de Janeiro.
Eso era el PARAÍSO, con hotel, cine, SPA, un centro comercial, de verdad, dentro, y hasta un jardín tropical con maripositas!!!! Incluso tenían ordenadores por la terminal, con internet gratis para la gente en tránsito. Y su propio Hard Rock Café. Tremendo, ahí no nos hubiera importado tanto perder la conexión. Habrá que estudiarlo para la vuelta.
Pero solo fueron 3 horitas y de ahí a estrenar un flamante A380 de Singapore Airlines (del que ya pondré fotos) porque las merecía. Maravilloso, perfecto, parecía de lujo. Tanto que no me quiero imaginar qué tal el piso de arriba después de ver lo bien que se iba en turista.
Por supuesto, no me iba a relajar aún, por qué, si aún tenía voz... Se notaba el sueño, los nervios y las hormonas. No 1, ni 2, ni 3, si no 3 veces tuvo que venir el personal a llamar la atención a los niños. Con lindezas como que iban a traer a personal de seguridad para apostarlos en los pasillos y asegurarse el silencio, o que no volveríamos a volar con ellos. Al final, el cambio del asiento de uno de los niños pareció ser suficiente.
Pero aún quedaba inmigración en Australia y la cantidad de cosas a declarar en las aduanas...
En cualquier caso, ya estábamos en Sydney.
Apaga la cierra y puerta la luz.
Tras las primeras "emociones" de nuestro querido viaje, que se suponían terminadas una vez embarcados rumbo a Londres (supuestamente el avión de Qantas destino Sydney aguantaría un poco por nosotros) todo cambió una vez aterrizados en la Pérfida Albión.
Un sms de mi querida jefa sentenciaba nuestros destinos, al menos, 24 horas más: "dormíamos en Inglaterra". Así que un simpático personal de BA nos estaba esperando en el finger casi con el cartelito en la mano, y allí que nos fuimos escoltados por varios chalecos amarillos a recoger nuestras maletas.
Una vez abajo en la recogida de quipajes conocimos a la mujer con el caniche en el pelo. Que era lo que todos hubiéramos esperado de estas situaciones. Alguien con pocas ganas de colaborar, mucho sueño y una cara capaz de asustar al topo mayor del reino. Cualquier petición fue denegada en el instante, solo se nos facilitó un hotel, el traslado en el bus y la vuelta en el mismo sistema al día siguiente. Nadie ha mencionado aún que era media noche, y nuestro vuelo era a media tarde del día siguiente.
Claro que todo esto no podría quedarse así, no, ¿qué más pequeños incidentes aderezan y endulzan estos ricos momentos en los aeropuertos?
La pérdida del equipaje. Las reclamaciones interminables por maletas desaparecidas, dañadas, deterioradas... Sí, eso también. Uno de los pobres niños, además se llevó de regalo el viajar sin sobre peso (que por suerte en Barajas muchos de nosotros fuimos tocados por la mano de Maradona y nos hicieron la vista gorda, otros, pobres tuvieron que repartir sus equipajes entre el resto del grupo).
Genial! Estamos en Londres. Tengo a 31 adolescentes hormonados y emocionados. Me encanta que los flanes salgan bien...
Bueno, pues a cenar y a explicar por activa, pasiva, supina y gritina, que de ir a la City nanai, que al día siguiente tampoco se moverían de la zona y que ellos solo eran 31 y el hotel alojaba a más gente. Así que a ver qué tal la noche.
Sin demasiadas incidencias y con los primeros cotilleos de la mañana nos fuimos a jugar unos bolos al lado del hotel, bendita sea la bolera! Recoger, comer, y a esperar el traslado al aeropuerto de nuevo. "No os preocupéis, hay buses cada 15 minutos a las terminales."
10 minutos, 30 minutos. Una hora... Terminal 5. Terminales 1, 2 y 3. Y ahí seguíamos nosotros, como 32 Paco Martínez Soria mirando la carretera y los buses pasar, pero ninguno que pusiera Terminal 4. Unos nos decían que ya vendría, otros que había que ir a otro sitio a por el bus, hasta que un amable conductor nos dijo que subiéramos todos, y nos explicó que para ir a la T4 teníamos que coger el "metro" en otra terminal, que ya nos dejaba él y nos decía. Así que tras la partida de Tetris con las maletas y los niños nos fuimos a la T2 en un bus sin parar (porque ya no cabía ni un alfiler). Y de ahí hacia abajo para coger el metro para volver a facturar.
Bienvenidos a Londres y su extrema organización. No iban a pasarnos ni un gramo de exceso, así que ahí estabámos todos como el muñeco de Michelín, unos disfrutando del amable carácter inglés y otros de sus "queridos chubascos". Pero, por fin, de nuevo facturados y pasados el control de pasaportes.
Bueno, pues tiempo de relax, de café en el Starbucks... Ya había acabado la odisea, ¿verdad? Pues NO!
Aún había tiempo de diversión, y una de las niñas había perdido en la terminal el pasaporte y la cartera con un porrón de dólares australianos. A tan solo 25 minutos de embarcar...
Carreras por aquí, por allí, te convertí! Ya no sabía una dónde más buscar ni qué hacer. No estaba en ningún control y no había comisaría dentro para denunciar y hablar con el consulador para conseguir un pasaporte temporal. Perfecto. Bueno, que se vayan los 30 solos, que habrá gente esperándolos y ya me quedo yo con la niña para solucionarlo.
Brillantemente en la puerta de embarque alguien dijo "que todo el mundo compruebe que no lo tiene por error". Y allí estaba, en otra mochila! Matar o morir. Qué gran dilema.
Así que de Londres a Singapur (al perder la conexión también perdimos nuestro querido vuelo directo a Sydney). Y en el avión alguien decía, que conocía a un amigo de un primo de un hermano del vecino, que había ido a Singapur, que el aeropuerto era muy sucio y muy peligroso.
¡JA! Me río de Janeiro.
Eso era el PARAÍSO, con hotel, cine, SPA, un centro comercial, de verdad, dentro, y hasta un jardín tropical con maripositas!!!! Incluso tenían ordenadores por la terminal, con internet gratis para la gente en tránsito. Y su propio Hard Rock Café. Tremendo, ahí no nos hubiera importado tanto perder la conexión. Habrá que estudiarlo para la vuelta.
Pero solo fueron 3 horitas y de ahí a estrenar un flamante A380 de Singapore Airlines (del que ya pondré fotos) porque las merecía. Maravilloso, perfecto, parecía de lujo. Tanto que no me quiero imaginar qué tal el piso de arriba después de ver lo bien que se iba en turista.
Por supuesto, no me iba a relajar aún, por qué, si aún tenía voz... Se notaba el sueño, los nervios y las hormonas. No 1, ni 2, ni 3, si no 3 veces tuvo que venir el personal a llamar la atención a los niños. Con lindezas como que iban a traer a personal de seguridad para apostarlos en los pasillos y asegurarse el silencio, o que no volveríamos a volar con ellos. Al final, el cambio del asiento de uno de los niños pareció ser suficiente.
Pero aún quedaba inmigración en Australia y la cantidad de cosas a declarar en las aduanas...
En cualquier caso, ya estábamos en Sydney.
Apaga la cierra y puerta la luz.
Esto trata de:
aeropuertos,
Australia
martes, 14 de julio de 2009
Piece of Cake (I)
Eso es justo lo que no ha sido todo esto hasta ahora...
Pero si hay algo que me gusta y a lo que le voy cogiendo el truquillo es a procurar mirar las cosas desde una distancia prudencial.
Claro, que, lo primero de todo debería ser decir: "¡Ya estoy en Australia!" Sí, en estos momentos estoy en la primera de las ¿tres? familias que serán mi casa este invierno (o verano por ahí arriba).
Por supuesto, y para que no perdiera ni la costumbre ni el placer, llegar hasta aquí ha sido todo un cúmulo de experiencias, de esas que luego les cuentas a los nietos mil veces (o a los amigos en mi caso, en cuanto que vuelves a casa). Así que he decidido darle una función más al blog, y es la de recuerdo de cara a l informe final que tendré que redactar cuando vuelva a casa...
El tema, después de mi última noche de no-descanso en mi hotel de confianza, vinieron los afortunados participantes de la Experiencia. La introducción, tan entretenida como siempre a cargo de mi alter ego: teniente o'neill (aunque ya no esté pelona...), la comida y por fin se puso todo en marcha...
Por supuesto un viaje conmigo, no es tal si no lleva asociado problemas aeroportuarios. Decir, que me quedé gratamente sorprendida de la gente. Que todo no siempre es tan feo como sale en las noticias, que la estulticia humana tiene sus límites y que seguro que podría haber sido peor.
Pasamos a la primera parte de "Aeropuertos: mi vida entre la cinta transportadora y el finger".
No todo iba a ser tan bonito como ir de la T4 a la Satélite y buen viaje, no... Al rato de estar esperando paciéntemente nuestro vuelo me llegó la primera llamada de la tarde: "vuestro vuelo se retrasa, llegaréis muy pegados a Londres para la conexión, ya te llamarán de BA para darte información". Genial, jefa, gracias! Por supuesto, a los niños, de momento, nada... Que no queremos 31 padres pidiendo datos... Salvo porque en los monitores empezó a aparecer el Delayed, primero dos horas, luego cuatro... Genial! Obviamente los niños ya sabían perfectamente que esa noche pintarían bastos...
Tras varias rondas de llamadas con la jefa y con un amable chico de BA, nos recolocan en un vuelo de Iberia (viva la OneWorld), porque mi misión era que costase lo que costase, y aún perdiendo la conexión, habría que embarcar a Londres sí o sí, en Madrid no se quedaba nadie, o llegaríamos a Sydney para septiembre más o menos... No sería todo tan fácil como recolocarnos en el primer vuelo a Londres (puesto que todos los vuelos estaban retrasados éramos unos cuantos en tierra con pooooker face), y además había que conseguir que nos "desbloquearan" en un sistema de reservas y nos pudieran meter en el otro, junto con los códigos de los equipajes. Casi dos horas, 6 ordenadores, un montón de llamadas y unas señoras muy majas, subíamos al avión.
Así que como dos horas y media después de la hora prevista de despegue, fuimos rumbo a Londres bajo la atenta mirada (atenta y desprendiendo odio a tutiplén...) de todos los pasajeros del vuelo de Iberia que llevaban esperando 45 minutos sin saber bien por qué... Menos mal que los azafatos también necesitan divertirse y tuvimos a un muy agradable azofaifo que nos hizo el viaje mucho más ameno a todos.
Gracias a todo el personal de Barajas, BA, Iberia, Medas y demás, que nos soportaron a los 32, más el resto de pasajeros de nuestro vuelo original. Que en todo momento fueron de gran ayuda, y con dosis de paciencia incluso superiores a las mías... ¿Sería que 31 personas y sus reclamaciones son más que la feliz pareja que se va de fin de semana, será el café de Juan Valdez, o las maquinillas de afeitar que dejan los cocos como el culito de un bebé? Sea lo que fuere, funcionó.
Comentar que nuestra llegada a Londres-Heathrow estaba prevista para las 19:35 hora local y llegamos más bien como a media noche... Pero ese capítulo, para más adelante...
En fin, apaga la puerta y cierra la luz, que no tengo calefacción y espero que blogger me quiera publicar las próximas entradas programadas...
Pero si hay algo que me gusta y a lo que le voy cogiendo el truquillo es a procurar mirar las cosas desde una distancia prudencial.
Claro, que, lo primero de todo debería ser decir: "¡Ya estoy en Australia!" Sí, en estos momentos estoy en la primera de las ¿tres? familias que serán mi casa este invierno (o verano por ahí arriba).
Por supuesto, y para que no perdiera ni la costumbre ni el placer, llegar hasta aquí ha sido todo un cúmulo de experiencias, de esas que luego les cuentas a los nietos mil veces (o a los amigos en mi caso, en cuanto que vuelves a casa). Así que he decidido darle una función más al blog, y es la de recuerdo de cara a l informe final que tendré que redactar cuando vuelva a casa...
El tema, después de mi última noche de no-descanso en mi hotel de confianza, vinieron los afortunados participantes de la Experiencia. La introducción, tan entretenida como siempre a cargo de mi alter ego: teniente o'neill (aunque ya no esté pelona...), la comida y por fin se puso todo en marcha...
Por supuesto un viaje conmigo, no es tal si no lleva asociado problemas aeroportuarios. Decir, que me quedé gratamente sorprendida de la gente. Que todo no siempre es tan feo como sale en las noticias, que la estulticia humana tiene sus límites y que seguro que podría haber sido peor.
Pasamos a la primera parte de "Aeropuertos: mi vida entre la cinta transportadora y el finger".
No todo iba a ser tan bonito como ir de la T4 a la Satélite y buen viaje, no... Al rato de estar esperando paciéntemente nuestro vuelo me llegó la primera llamada de la tarde: "vuestro vuelo se retrasa, llegaréis muy pegados a Londres para la conexión, ya te llamarán de BA para darte información". Genial, jefa, gracias! Por supuesto, a los niños, de momento, nada... Que no queremos 31 padres pidiendo datos... Salvo porque en los monitores empezó a aparecer el Delayed, primero dos horas, luego cuatro... Genial! Obviamente los niños ya sabían perfectamente que esa noche pintarían bastos...
Tras varias rondas de llamadas con la jefa y con un amable chico de BA, nos recolocan en un vuelo de Iberia (viva la OneWorld), porque mi misión era que costase lo que costase, y aún perdiendo la conexión, habría que embarcar a Londres sí o sí, en Madrid no se quedaba nadie, o llegaríamos a Sydney para septiembre más o menos... No sería todo tan fácil como recolocarnos en el primer vuelo a Londres (puesto que todos los vuelos estaban retrasados éramos unos cuantos en tierra con pooooker face), y además había que conseguir que nos "desbloquearan" en un sistema de reservas y nos pudieran meter en el otro, junto con los códigos de los equipajes. Casi dos horas, 6 ordenadores, un montón de llamadas y unas señoras muy majas, subíamos al avión.
Así que como dos horas y media después de la hora prevista de despegue, fuimos rumbo a Londres bajo la atenta mirada (atenta y desprendiendo odio a tutiplén...) de todos los pasajeros del vuelo de Iberia que llevaban esperando 45 minutos sin saber bien por qué... Menos mal que los azafatos también necesitan divertirse y tuvimos a un muy agradable azofaifo que nos hizo el viaje mucho más ameno a todos.
Gracias a todo el personal de Barajas, BA, Iberia, Medas y demás, que nos soportaron a los 32, más el resto de pasajeros de nuestro vuelo original. Que en todo momento fueron de gran ayuda, y con dosis de paciencia incluso superiores a las mías... ¿Sería que 31 personas y sus reclamaciones son más que la feliz pareja que se va de fin de semana, será el café de Juan Valdez, o las maquinillas de afeitar que dejan los cocos como el culito de un bebé? Sea lo que fuere, funcionó.
Comentar que nuestra llegada a Londres-Heathrow estaba prevista para las 19:35 hora local y llegamos más bien como a media noche... Pero ese capítulo, para más adelante...
En fin, apaga la puerta y cierra la luz, que no tengo calefacción y espero que blogger me quiera publicar las próximas entradas programadas...
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Buena Gente
martes, 7 de julio de 2009
Numeritos
Aún sigo sin saber cosas de familias; ni de planes, en general; tengo retazos, pequeñas ideas, sólo sé quiénes son los niños que vendrán, gracias a las fichas, dentro de muy poco estaré en "mi hotel de confianza" pasando la última noche en España, con mis nervios y agobios de última hora porque siempre me dejo la mitad de las cosas que necesito...
Mañana a las 12, vendrán todos los niños y sus padres al hotel, lágrimas, sonrisas, despedidas y saludos; besos con sabor a limón y chocolate. La comida, y al aeropuerto, y ahí empezará todo.
Una escala en Heathrow, la parada técnica en Asia; y un nuevo sello para el pasaporte. Llega: Australia
Dicen que llueve, que hace frío, que hablan raro y comen peor. No se parecen ni los animales, ni las flores, pero será mi casa. Mi hogar. Tal vez el tiempo pase a otra velocidad, con otros sentimientos, serán nuevas piezas de mi puzzle, postales de un marco, recortes de periódicos, titulares, imágenes, caras y sonidos, aunque en el fondo eres tú. Siempre eres tú.O tal vez realmente soy yo. Sea como fuere, bienvenidos:
11 Semanas
77 Días
1848 Horas
110880 Minutos
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Declaro oficialmente abierta la aventura en Australia.
Mañana a las 12, vendrán todos los niños y sus padres al hotel, lágrimas, sonrisas, despedidas y saludos; besos con sabor a limón y chocolate. La comida, y al aeropuerto, y ahí empezará todo.
Una escala en Heathrow, la parada técnica en Asia; y un nuevo sello para el pasaporte. Llega: Australia
Dicen que llueve, que hace frío, que hablan raro y comen peor. No se parecen ni los animales, ni las flores, pero será mi casa. Mi hogar. Tal vez el tiempo pase a otra velocidad, con otros sentimientos, serán nuevas piezas de mi puzzle, postales de un marco, recortes de periódicos, titulares, imágenes, caras y sonidos, aunque en el fondo eres tú. Siempre eres tú.O tal vez realmente soy yo. Sea como fuere, bienvenidos:
11 Semanas
77 Días
1848 Horas
110880 Minutos
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Declaro oficialmente abierta la aventura en Australia.
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