Mi propia cadena de favores

Aunque hasta, al menos, después del verano este blog iba a ser sobre todo para narrar el desarrollo de mi Aventura Australiana. Hoy tengo que hacer aquí un hueco para algo que pasó el sábado.

Voy a intentar no entrar en valoraciones de ningún tipo para que no se me clasifique ni nada de nada... Sino intentar contar las cosas tal y como sucedieron. Bueno, puede que al final del post sí diga algo más.

El tema:

Sábado, 11 de la mañana, carretera de A Coruña (A-VI), los antecedentes y el por qué son irrelevantes, a la altura del Cementerio viejo de Las Rozas empieza a haber paradas del tráfico, así que en la salida de Las Matas/Peñascales, me voy por la vía de servicio, más o menos en la incorporación de la misma de nuevo a la A-VI veo un chico que sujeta a un perro del collar, andando por el arcén haciendo aspavientos y y gestos de necesitar un teléfono. Me paro.

Me cuenta que iba por la A-VI y que ha visto al perro en la carretera, que alguien le había atropellado, así que ha salido del coche a por ella (dejando a su novia en el coche en el arcén de la A-VI) y que necesitaba que alguien llamase al 112. Por supuesto, no hay problema, tras unos 10 minutillos esperando les comunicamos lo que tenemos, una perra que si se vuelve a dejar suelta podrá provocar un accidente grave. Toman nota, ahora avisan a Tráfico.

En lo que esperamos a Tráfico se para otro coche en la vía de servicio. Para saber: 1) ¿estamos bien?, 2) ¿el perro es nuestro?, 3) ¿qué le ha pasado al animal?, 4) ¿qué hacemos? Bien, les ponemos al corriente y deciden quedarse a esperar a ver qué pasa, cuando llegue Tráfico, con el animal.

Llega Tráfico, no saben muy bien qué hacer en estos casos, vamos mirando a ver si tiene chip, mientras la Guardia Civil, y servidora por otra parte, averiguamos si hay algún centro/protectora/"X" que pueda hacerse cargo del animal. En esto un tercer coche quiere pararse, la Guardia Civil se lo quiere impedir, pero les explica que es veterinaria, aunque de caballos, y que se para. Así que hace lo propio, y viene con un lector de chip, averigua que sí tiene, así que a llamar al Colegio de Veterinarios para que digan de quién es el perro. De momento ya sabemos, al menos, de un Centro Veterinario al que llevarla. La Guardia Civil dice de atarla al guardarraíl, que nos vayamos, porque ya van a venir alguien a por el animal, seguro. Ninguno se mueve de allí, todos queremos asegurarnos de qué pasa con el animal, de verdad.

Mientras intentamos dar con el dueño de la perra, el animal empieza a dar muestras de dolor, así que, aprovechando la presencia de una veterinaria, un motorista de Tráfico, le dice que si tiene algo, que la sacrifique allí mismo; o sino, que como es veterinaria que se lleve al perro. Pero ella ya lleva allí a su perra, en la parte trasera del coche, y se iba a trabajar, lejos de la clínica, con lo que además de no ser su especialidad, no iba a poder atenderla.

Nina, que así se llama la perra. Está a nombre de una entidad dedicada al bienestar de animales, como éste, indefensos. Les resulta todo un poco chocante cuando les llamamos, y después de la insistencia, conseguimos los datos de su nuevo dueño. Porque hacía ya tiempo que esa perra no pertenecía a dicha entidad.

Entre tanto viene un patrol de la Guardia Civil a sumarse a los 4 motoristas, que vienen buscando una placa de una matrícula que alguien ha denunciado tras atropellar a un animal. Vaya, parece que vuestro animal puede haber sido el que está involucrado en esto... Pues va a ser que sí. A intercambiar datos del chip de la perra, de quien la habiá recogido, etc.

Alguien, nos dice de llevarla a la una clínica veterinaria en Las Matas. Que debe de tener cierta relación con el animal. Las chicas del tercer coche tienen una esterilla, así que montamos a la perra en el maletero del patrol de la Guardia Civil y les guiamos hasta la Clínica.

Los del primer coche, junto con la veterinaria, se van porque tenían compromisos a los que ya llegaban muy tarde, pero nos quedamos con los números para poder mantenerlos al corriente.

Ya en el parking los dos de las motos, que habían garantizado que vendrían para asegurar que ellos harían que el dueño del animales pagase los gastos por las buenas o las malas, decidieron que se iban... Solo quedaba el patrol en el que iba la perra, la bajamos, y en lo que estamos en la Clínica vemos que los del patrol parece que se van (marrón), así que una de las chicas del tercer coche sale corriendo detrás de ellos para que uno venga a explicar a la veterinaria la situación. Misión cumplida.

Pero cuando le vamos explicando los datos de la perra a la veterinaria, vemos que algo pasa. Bueno, esta perra tenía un pasado y muy conocido por la veterinaria. Pero eso, ahora da igual, la metemos para dentro, a una jaula, mientras van aligerando el resto de animales de la consulta y se le puede hacer un hueco para ir viendo qué tiene y tratándola poco a poco.

Como estaban hasta arriba y cualquier mano era bienvenida, pues ahí que me apunté para ayudar con las radiografías, con llevarla, cogerla y lo que fuera, y una de las dos chicas del tercer coche lo mismo. Diagnóstico: pata trasera luxada, múltiples heridas y contusiones, y otra herida en la pata delantera con mala pinta.

Cuando ya está todo un poco más calmado en la clínica nos dice la veterinaria que va a intentar colocarle ahora la pata, para no dejarlo hasta el lunes y que la operación sea peor. Pues, te ayudamos, claro! Y ahí está la pobre perra sedada con dos por un lado sujetándola y la veterinaria tirando para colocarla, aún sedada la pobre lo debió de pasar muuuuuuuuuy mal. Al tercer intento parece que la pata se quedó en su sitio. Pues de nuevo a rayos, a ver si era verdad que eso ya estaba bien.

Bingo! Parece que sí, así que a limpiar las heridas, darle antibióticos y mucho reposo hasta el lunes para evitar que esa pata se moviera.

Hoy he quedado con una de las chicas para ir a verla. Intentaré llevarme la cámara, y si hay novedades, pues actualizaré el post.

Como final, prefiero dejar solo lo positivo. Millones de gracias a esa cadena de gente que se preocupó por un animal indefenso sin pensar en si llegaban tarde, se manchaban, el dinero o lo que fuera; o si tenían que recoger a la tercera perra para su casa y pagar los gastos de un tratamiento nada económico. Gracias a todas las chicas de la Clínica por tratarla sin tener muy claro si iban a cobrar realmente el servicio, además del tiempo, de tener que quedarse a comer allí y estar media mañana atendiendo a este animal. Gracias también a Iz, que siempre la llamo con cosas de este estilo y aún no me ha mandado a paseo. A Iñaki, Irati, Rubén y P. (ponte bueno!!) que estuvieron esperándome y que si ellos no se hubieran ido por el puerto y yo por la A-VI esto no hubiera pasado. Y bueno, ánimo a Nina por ser tan valiente, tener esa historia en sus lomos y aún seguir siendo una perra buena y cariñosa. Esta vez no te vas.

Creo que después de esto dejaré el marketing político por el del servicio a los indefensos, ya sean animales, personas o alienígenas. Y creo que es el destino, que en menos de un mes, ya van dos perros. Esperemos que no haya un tercero, porque se viene a casa :)

No, hoy no apagues la puerta, que vamos a quedarnos a ver el amanecer.