domingo, 15 de noviembre de 2009

Ya va quedando menos

Menos neuronas en mi cabeza, y que hacen que de no ser por la agenda ya de poco me iría acordando, así que por suerte, acabaremos la primera parte del diario antes de Navidad. Que será cuando empiece la segunda parte...


Si había dejado esto por aquí continuaremos ya en Adelaida, porque un viaje en bus no tiene mucho misterio,a parte del hecho de que esperaba encontrarme a Paco Martínez Soria viajando a mi lado en "El Coche de Línea", realmente los buses nacionales son de primera comparados con los Premier State Liner o los Greyhounds que tienen por allí abajo.

El caso es que llegué de nuevo a la capital del Estado, y tras una espera de casi una hora, o dos, por fin me reencontré con mi querida Rubia, y por supuesto en 10 minutos nos habíamos zafado de Mamá Crest para irnos de Shopping por la City.

Dos horas después: Souvenirs varios para familia&amigos, unas zapatillas muy chulas y algo más que no recuerdo por parte de La Rubia; por mi parte un kit de Supervivencia de Homesickness Aussie (que ahora miro de vez en cuando con la lagrimilla) y una cazadora muy chula con un 50% de descuento (vivan las rebajas de invierno a finales de agosto!). De las compras pasamos a uno de los momentos más gloriosos del día: David Jones.

Como bien habrá podido adivinar el avezado lector David Jones no es un surfero cachas que nos encontramos en Rundle Mall, si no un centro comercial tipo English Cut; pero así como pijo. Y la clave la tienen los aseos, los cuales tienen una salita de estar en la entrada: esto es, tú vas a los restrooms y pasas a los de señora, bueno, pues en lugar de encontrarte con un espejito y un pasillo te encuentras con dos cómodos sofás y dos enormes tocadores, y al lado, otra puerta, que, suponemos, sí da a los aseos de señoras... Creo que no llegamos a comprobarlo, nos aposentamos en los sofás y ahí estuvimos como una hora esperando a que Mi Pequeña Princesa sobre Hielo saliera del cole. Eso sí, dio para múltiples anécdotas, como la Señora del Broche del Pelo que parecía un Yorkshire Laqueado; o la simpática Mamá Excursionista que llevaba a su linda bebita en la Mochila y la cambió para ventilarla, amén de comentarnos que la duchaba poca y otras lindezas.

Lo que es seguro es que la gente debió de pensar que éramos parte de un programa de cámara oculta.

Tras esto fuimos a ver a Jack el Habriento donde nos tendría que estar esperando Little Princess y una amiga, y que lo primero que nos soltaron era lode buen ver que estábamos, en fin un rato de conversación más tarde sobre envidias y cotilleos sobre amores varios vino Mamá Crest y volvimos a nuestra ruta tradicional.

Munno Para,donde de nuevo paramos a reponer fuerzas por segunda vez y de ahí caminito de Falcon Crest, y mi primera experiencia conduciendo por el sentido contrario... Sentido contrario al habitual para mí, pero muy común para ellos. Y bueno, tras unos cuantos gritos, sobre todo por eso de ir demasiado rápido -recordemos que nuestro límite normal son 120 km/h- o por acercarme demasiado al inexistente arcén... Llegamos sanas y salvas. De nuevo en Falcon Crest.

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