jueves, 15 de octubre de 2009

Lo mejor es el nombre

Ayer comentaba que después de Orroroo el destino era Burra, no hablaba de un incipiente cambio fisiológico hacia mi verdadera naturaleza, si no al nombre del pueblo en cuestión.

Así que, una vez más, tocaba paseíto en coche, esta vez con uno de mis niños y su perfecta mamá y hermanito.

Por supuesto las carreteras son interminables y además desiertas; pero si hay algo que me encantó de tanto viaje por carretera era poder ver la variedad de paisajes y una característica quasi común a todos los pueblos: pese a estar en Australia eso parecía siempre el Oeste Americano, o canadiense, porque en concreto me entró una gran morriña cuando pasé por Peterborough y recordé ese verano de Canadá y esa noche de espera por el libro de Harry Potter en el pueblo del mismo nombre, pero en el otro Hemisferio.

En cualquier caso, hora y media después entramos en Burra y por fin recuperé la cobertura en el móvil y volví a ver atisbos de civilización.

Conocí a otra de las coordinadoras, y tuvimos comida de agradecimiento a las familias que tenían niños míos acogidos por la zona.

Por la tarde un paseíto con los niños para ver qué tal todos, y cuando se fueron llegó lo bueno...

El Golf.

Un momento, si yo nunca he jugado al Golf, lo más parecido era el mini-golf en Zahara y eso era más una broma que otra cosa... Bueno, pues nada, allí que me fui con Bitzi y una de sus hermanos al campo de golf municipal mientras su madre limpiaba el Club Social (que para que salga más barato son los miembros los que hacen el mantenimiento)... Y bueno, primer hoyo.......

Y último.

Porque nuestro dominio del Putt, del hierro y la madera hizo que eso pareciera más el recuerdo de Little Big Horn, que un campo de golf, así que tras una hora, como doscientas fotos y un dolor incipiente de barriga y risas volvimos arriba a ver si ya había acabado la mami de limpiar.

Y de vuelta a casita a saber mis nuevos planes de conocimiento local: las ovejas.

Pero esto será para mañana, o pasado... Porque si no cada entrega del blog parecerá un Testamento...

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